Extracción de aceite

El aceite de amaranto es un producto nuevo, lo que significa que hay que desarrollar la tecnología para su obtención. En el momento de la cosecha, los granos de amaranto aún contienen hasta un 30% de humedad. Si se prensaran en esta fase, atascarían las máquinas y también serían propensos a la contaminación por hongos. Así que, en un primer paso, hay que secar las semillas, hasta que su humedad sea tan baja como el 12%. Para preservar los valiosos componentes, el aceite debe extraerse de forma que se evite la oxidación. Los aceites ricos en ácidos grasos insaturados tienden a formar compuestos epóxidos que posteriormente se descomponen, en parte también a ácidos grasos libres. Esto no sólo provocaría un sabor desagradable y rancio. Sino también destruiría la actividad biológica de estos aceites. Por ello, además del prensado en frío, también estamos probando estrategias de extracción innovadoras, como la extracción con fluidos supercríticos o la extracción con campos eléctricos pulsados. También estamos investigando el efecto de los antioxidantes naturales, como el Orégano o el Romero, pero también con cultivos tradicionales peruanos, como la Muña (Minthostachys mollis) o la Cañihua (Chenopodium pallidicatule).